Un equipo interdisciplinario debe atender a estos niños para su manejo adecuado, los que a su vez deben instruir y contener las necesidades de los familiares del niño.
El principal objetivo del tratamiento es alcanzar y optimizar todas las áreas del desarrollo y conseguir la máxima independencia del niño que posee una disminución en su capacidad de obtener experiencias a través de su cuerpo. El tratamiento exclusivo de las discapacidades puede resultar nocivo, porque siempre deben tenerse presente las necesidades emocionales de los padres y de esparcimiento de su hijo.
Al existir pocas evidencias del grado de mejoría que pueda alcanzarse con las distintas terapias, el enfoque terapéutico está dirigido a ayudar a sus padres y a las personas que tienen contacto con él, para que puedan manejarlo lo más funcionalmente posible, es decir, aprender a como vestirlo, como comunicarse mejor, alimentarlo, sentarlo, etc.
El pronóstico de estos niños va a depender del tipo y grado de parálisis cerebral, el grado de déficit intelectual, intensidad del trastorno en el desarrollo del sistema motor y los desarreglos sociales y afectivos, tanto en el afectado como en su familia. Actualmente, más del 90% de los niños con parálisis cerebral llegan a ser adultos
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