martes, 10 de noviembre de 2009
Rehabilitación
miércoles, 28 de octubre de 2009
Terapia Física
La terapia — ya sea para el movimiento, el habla o tareas prácticas — es la piedra angular del tratamiento para la parálisis cerebral. Las habilidades que un niño de 2 años necesita para explorar su mundo difieren mucho de las que un niño necesita en el salón de clases o de las que un joven necesita para hacerse independiente. La terapia para la parálisis cerebral debe ser adaptada para que responda a estas exigencias cambiantes.
La terapia física usualmente comienza en los primeros años de vida, inmediatamente después de la diagnosis. Los programas de terapia física utilizan combinaciones específicas de ejercicios para lograr dos metas importantes: prevenir el deterioro o debilidad de los músculos como resultado de la falta de uso (llamado atrofía por falta de uso) y evitar la contractura, en la cual los músculos se inmobilizan en una postura rígida y anormal.
La contractura es una de las complicaciones más comúnes y graves de la parálisis cerebral. Una contractura existe cuando los músculos se encojen crónicamente debido a tono muscular anormal y a la debilidad asociada con la parálisis cerebral. Esta contractura muscular limita el movimiento de las articulaciones, tal como el codo, y puede interrumpir el balance y causar la pérdida de habilidades motores previas. La terapia física sóla, o combinada con aparatos especiales (a veces llamados aparatos ortopédicos), logra prevenir esta complicación a base de estirar los músculos espásticos. Por ejemplo, si un niño tiene tendones espásticos en la corva (tendones localizados detrás de la rodilla) el terapeuta y los padres deben animar al niño a que se siente con las piernas extendidas para que estire los tendones.
La tercera meta de algunos programas de terapia física es mejorar el desarrollo motor del niño. Un programa de uso común en la terapia física que logra esta meta es la técnica Bobath, llamada en honor a una pareja pionera de este método en Ingleterra. Este programa se basa en la idea de que los reflejos primitivos retenidos por muchos niños con parálisis cerebral presentan dificultades mayores para aprender el control voluntario. El terapeuta que utiliza la técnica de Bobath procura contrarrestar estos reflejos poniendo al niño en un movimiento opuesto. Así, por ejemplo, si un niño acostumbra tener su brazo doblado, el terapeuta lo extiende repetidamente.
El segundo método de terapia física es el de hacer "patrones" el cual se basa en el principio de que las destrezas motores deben enseñarse en la misma secuencia que se desarrollan normalmente. En este método controversial, el terapeuta guía al niño con problemas motores a lo largo del camino de desarrollo motor normal. Por ejemplo, sin considerar la edad del niño, primero se le enseña al niño movimientos elementales como impulsarse para ponerse de pie y gatear antes de enseñarle a caminar. Algunos expertos y organizaciones, incluyendo la Academia Americana de Pediatría, han expresado reservas hacia el método de "patrones" porque no hay estudios que documenten su utilidad.
Usualmente, la terapia física es sólo uno de los elementos de un programa de desarrollo infantil que incluye también esfuerzos para proveer un ambiente estimulante y variado. Al igual que todos los niños, el niño con parálisis cerebral necesita de nuevas experiencias e interacción con el mundo a su alrededor para poder aprender. Programas de estímulo pueden llevar esta experiencia de sumo valor al niño que no puede físicamente explorar por si mismo. Cuando el niño con parálisis cerebral alcanza la edad escolar, el énfasis de la terapia se distancia del desarrollo motor temprano. Entonces, los esfuerzos se concentran en la preparación del niño para el salón de clases, ayudando así al niño a dominar las actividades de la vida diaria y a aumentar al máximo su capacidad de comunicación.
Tratamiento
Un equipo interdisciplinario debe atender a estos niños para su manejo adecuado, los que a su vez deben instruir y contener las necesidades de los familiares del niño.
El principal objetivo del tratamiento es alcanzar y optimizar todas las áreas del desarrollo y conseguir la máxima independencia del niño que posee una disminución en su capacidad de obtener experiencias a través de su cuerpo. El tratamiento exclusivo de las discapacidades puede resultar nocivo, porque siempre deben tenerse presente las necesidades emocionales de los padres y de esparcimiento de su hijo.
Al existir pocas evidencias del grado de mejoría que pueda alcanzarse con las distintas terapias, el enfoque terapéutico está dirigido a ayudar a sus padres y a las personas que tienen contacto con él, para que puedan manejarlo lo más funcionalmente posible, es decir, aprender a como vestirlo, como comunicarse mejor, alimentarlo, sentarlo, etc.
El pronóstico de estos niños va a depender del tipo y grado de parálisis cerebral, el grado de déficit intelectual, intensidad del trastorno en el desarrollo del sistema motor y los desarreglos sociales y afectivos, tanto en el afectado como en su familia. Actualmente, más del 90% de los niños con parálisis cerebral llegan a ser adultos
Cuadro Clínico
La parálisis cerebral puedepresentarse de cuatro formas diferentes, las que se detallan a continuación:
• Forma espástica: es la forma más frecuente de presentación con un aumento del tono y debilidad de los músculos de las extremidades y aumento exagerado en los reflejos, pudiendo producir una parálisis de una parte o todo el cuerpo. En los casos leves, puede verse afectado sólo algún tipo de actividad del cuerpo, como por ejemplo el correr.
• Forma discinéticos: es la que sigue en la frecuencia de presentación, se caracteriza por movimientos involuntarios repetitivos y sin una finalidad, en algunos niños se observan movimientos bruscos como sacudidas. Las situaciones de tensión aumentan estos movimientos y durante el sueño desaparecen.
• Forma atáxica: se caracteriza por una falta de coordinación en los movimientos y trastornos para mantener el equilibrio.
• Forma mixta: existen combinaciones de las formas anteriores.
Aproximadamente el 60% de los niños poseen algún grado de retraso mental, en aquellos que no lo tengan pueden observarse trastornos del aprendizaje, emocionales y de conducta. También pueden aparecer episodios convulsivos dentro de los dos primeros años de vida.
Los trastornos en el desarrollo del lenguaje son comunes en estos niños, asociándose a trastornos visuales y auditivos.
¿Qué es la Parálisis Cerebral?
La parálisis cerebral es un grupo de trastornos motores que alteran los movimientos voluntarios y la postura, ocasionados por una afección en el cerebro en desarrollo del niño.
En muchos de estos niños no puede identificarse la causa de la parálisis cerebral y, cuando puede ser identificada, generalmente responde a algún trastorno padecido previamente al nacimiento. En aproximadamente el 10% de los casos se la ha asociado a una asfixia durante el parto.
Entre las causas más frecuentemente asociadas encontramos a los traumatismos maternos durante el embarazo, ictericia neonatal, asfixia durante el parto y cualquier trastorno padecido durante el embarazo.
También puede aparecer un cuadro de parálisis como consecuencia de una infección del sistema nervioso central, un traumatismo o algún tipo de asfixia, por inmersión por ejemplo, tiempo después del nacimiento de un niño con un embarazo y parto materno sin complicaciones.
Alrededor del 15% de los niños con parálisis cerebral son lactantes de partos prematuros y la incidencia de aumento es de unas 20 veces en aquellos con un peso al nacer de